jueves, 8 de noviembre de 2007

Sintomatología Vírica


He vuelto a casa. He cambiado la taza del café por la onza de chocolate. El paseo nocturno me ha abierto el apetito. Mientras me bajaba los pantalones en la cocina, he abierto la nevera. ¡Qué desastre ¡ No hay nada que comer. Tengo que ir a la compra. Pero ¿Cuánto tiempo hace que no voy ?El resultado último es que sólo puedo comer chocolate.

Pensaba mientras bordeaba el parque, y observaba que todavía las hortensias están en flor, que mi downcitty se puebla de otras especies en la noche. Sorteando personas bajó en dirección a mi azul Atlántico. La noche no ha sido desagradable. Mis amigas han continuado la juerga, esa busca desesperada, no me satisface ya. Amanda y yo discutíamos en el local infestado de cachorros de buenas familias sobre el otro género. El eufemismo me permite un alejamiento afectivo y emocional. Definitivamente Amanda se encuentra con cada espécimen. Este último le inquiría un juego adivinatorio sobre la edad. ¡Pero mira que esta pesadito este tipo!, decía. Si a mí, no me importa para nada su edad, y menos desvelaré la mía.
En el grupo de chicas es un tema tabú. Varias veces he intentado abordar el tema, y he decidido sobrevolarlo por el bien de nuestra amistad. Las reglas de nuestra logia son dos; “Nunca desveles nuestra edad”, “y tampoco la tuya”.
Jamás he compartido las reglas ilógicas e irracionales. Pero ¿es la amistad algo lógico y racional? Por lo menos uno habrá que se sienta tiranizado por un amigo déspota y egoísta, que sólo piensa en él. Repetitiva me siento cuando os digo lo afortunada que soy. Mis amigas no son así. Puedo promulgar a los cuatro vientos.¿ Y yo ?

Las últimas veinticuatro horas han sido malas. He estado a punto de darme por vencida. Me pregunto como he aguantado tanto. Mi cerebro fue asaltado un par de veces por la idea de un ansiolítico. Me permitiría el paso de las horas. Las llamadas descargaron mi batería, mi tono empezó a sonar repetitivo, afirmando que ya me encontraba mucho mejor, el ensayo y la repetición hizo que sonase convincente. No soy la misma desde hace un par de semanas, todo gira, todo cambia, y no sé hacia dónde. Me siento terriblemente extraña dentro de mi cotidianeidad. Me empieza a faltar el aire. La huida, (la compra online, la maleta apresurada, la llegada al aeropuerto sin saber el destino, es en definitiva y sólo es una huida. Tal vez un ganar tiempo, el impas necesario de congelación temporal, para reorganizar mis defensas y mis baterías. )
Esta noche vi a Mr. Big, me acerque emocionalmente sin saber que le iba a decir. Estaba con una rubia, una rubia demasiado joven para él. ¡Oh cielos! No es él. ¡Cómo se le parece ¡
No, darling, no te engañes, no es él. No se parece a él. Es que le buscas constantemente, y le ves en todos los hombres.
Y sólo un hombre es Mr. Big , no me sirven los sucedáneos, le quiero sólo a él.
Recomendación darling; llámale.

Besos en la madrugada.


Lo más In en la Ciudad es un nuevo local chiliout muy neoyorkino. A mi me sigue poniendo el brunch del Metropolitan con aquel jardín lleno de petunias encarnadas. ¿Por qué en la ciudad los museos, no tienen jardín?

Recomendación: cómprate la quinta temporada de Sex in City, en el Mediamarket, próxima apertura en el downcitty, nuevo centro comercial a orillas del Atlántico.

No hay comentarios: