martes, 26 de febrero de 2008

Sólo Para Mujeres


Sólo para mujeres.

¿Las mentes se transforman y se adaptan? Quizás si, quizás no. La sociedad se disfraza, enmascarando las antiguas desigualdades entre hombres y mujeres. El camino hacia las igualdades no tiene fin.

El llamado fenómeno “Women Only” que todavía no ha llegado a nuestra ciudad, se expande por Europa. En Inglaterra opera una compañía de taxis, Pink Lady, es decir, sólo para clientas femeninas que también maneja en Holanda. En Italia existen playas exlusivas para mujeres, en el metro de Tokio hay vagones destinados a los viajeros de sexo femenino. En España más rezagados aún, ya existen hoteles, spas, y gyms.
¿Qué está sucediendo? Los partidarios del segrecionismo apuntan que en Japón se reciben 2.000 denuncias al año por acoso en el metro. En Londres la cantidad de denuncias de violación a manos de taxistas ilegales justifica las medidas. Estas noticias son como casi todas las que llegan por antonomasia malas noticias.

¿La tendencia Women Only, es una moda o es puramente una técnica segrecionista?
¿Necesitamos las mujeres un preservativo social, con sabor a hombres abstenerse?
En el largo camino hacia la igualdad entre hombres y mujeres, las medidas han sido disparejas, y probablemente han ayudado, pero todas han sido insuficientes.
La sociedad tiene leyes, ordenanzas, mecanismos, fórmulas, encaminadas a limar las desigualdades entre sexos, pero las conciencias siguen en el mismo punto de partida o poco han variado. Yo sigo todos los días luchando con mis tenientes, pero quiero seguir ahí, en el fragor de la batalla. No quiero un apartheid sexual. No quiero fosilizarme en periodos centenarios.Quiero, mejor dicho, las mujeres queremos, seguir conllevando, compartiendo, y hasta tolerando y sufriendo a los hombres. Y porque no, también disfrutándolos. En tiempos que todo es insano, peligroso, inseguro, quizás haya llegado el momento de la gran aventura, de sacarse el preservativo, y lanzarse al hombre en el estado más puro. Como toda aventura tiene sus riesgos, pero os diré, que los duros tienen su encanto, y si los hombres son armas letales en el sentido sentimental y sexual, ¿Qué otra forma de muerte hay más dulce?. Abstenerse de responder todos aquellos dominadores de la técnica de Onán.

Besos chulitos.

Lo más In, si no os atrevíais a visitar los dos clubes de swinger que están en la Ciudad, ya no tenéis excusa, en la ciudad herculina se ha estrenado uno recientemente, lejos de alcance de miradas indiscretas. Por favor, los que ya lo conocéis no me dejéis por más tiempo intrigada.




domingo, 10 de febrero de 2008

El Pin Femenino



He decidido darme a la bebida. Leit-motiv literario y cinematográfico, significativo del dejarse ir, y demás intentos de olvido. Quiero olvidar a Mr. Big.

Mi problemática semanal me ha llevado a bares, esos lugares tan gratos para conversar, y diría yo para escuchar. Mi barman ocasional, Kike, exiliado de una facultad de Empresariales, es un docto profesional del sector de la confesionalidad.

Me entregó como conejita de un laboratorio, ante sus cócteles, con el firme propósito de confirmar mi área investigadora con metodología pseudo científica: ¿Cómo seducir a las mujeres? En el deporte de la caza, ¿somos las mujeres las cazadoras o las presas?

Las interrogantes de partida son heterogéneas; somos agentes o pacientes del proceso, métodos, objetivos y si fuese posible, futuras aplicaciones de las conclusiones. La teoría del cazador y la presa es modificada a lo largo del proceso investigador. Las mujeres ostentamos según la biología descriptiva un genoma propio sobre la competitividad. La relación íntima entre competitividad y el juego del poder está superpuesta. Las mujeres gozamos con el poder, de disponer el momento oportuno de la apertura de las extremidades inferiores. Sabemos que somos la presa, pero siempre seleccionamos a nuestro cazador. ( Kike cree que es propiedad inherente a las guapas, le corrijo que también a las menos agraciadas). Así la fauna nocturna masculina también se maquilla para el viejo arte de la conquista, como los antiguos cruzados, velan sus armas en busca de la llave de la ciudad sagrada, su orgullo les niega la evidencia de que sólo son capaces de rendir aquellas plazas ya tomadas de antemano por decisión de sus moradoras.
Las mujeres no accedemos a las proposiciones de un individuo hasta que éste no consigue el PIN. Todas las mujeres poseemos una clave, código de acceso para la apertura. El hombre en muchos casos consigue el PIN , por variables múltiples que se alían , otras veces es la teoría del caos la que le inspira, y las más sucumbe a la pregunta que la fémina le ha formulado, cuya respuesta no existe.
¡Caramba ! La teoría está muy clara, pero en la práctica parece ser que no es tan fácil. Decido hacerle la pregunta clave, es decir, el tercer grado, aquella pregunta que toda femme fatal que se precie vierte sobre el galán:
_ ¿Cómo sabes que una chica está borracha?-le pregunto sonriendo. Cuando ríe, me contesta. ¡ja, ja,ja,! Touché. Buena respuesta. Y todos rieron.
Lo peor es que me emborraché para olvidar a Mr. Big, y ahora lo veo doble. Peor el remedio que la antigua enfermedad.

Besos etílicos.