Labios

Las mujeres no son seres individuales; son todo un ecosistema de organismos vivos independientes, compitiendo entre sí, en algunas destacan más los ojos, en otras es el pelo... de ella recuerdo sus labios, recuerdo como dibujaban cada mentira en el aire, como me marcaban a fuego su divisa en mi cuello, como pasaban del susurro al grito y del grito al llanto.

Era superior a mí, en cada encuentro mi mirada buscaba esos labios, incapaz de resistirme a sus cantos de sirena, mis pupilas recorrían la frontera de su vestido de carmín de comisura a comisura y vuelta a empezar, hipnotizadas por el ritmo pausado de la voz modulada a impulsos, siempre entreabiertos, siempre despiertos, siempre acechantes.

Les gustaba hacerse los indiferentes, se sabían mis dueños y lo paladeaban, la primera sonrisa que tenían a bien regalarme era invariablemente perversa y ahí empezaban el juego, eran consumados maestros en el arte de maquillar la realidad, sabían exactamente qué frase escoger en cada momento para dejarme sin ningún argumento, para postrarme y sentirme feliz por ello.

Eran ellos los que me tomaban hasta hacerme perder la conciencia, ellos los que me reclamaban para sí, esos labios que destilaban el veneno al que era adicto, esos labios que esculpían en el aire cadenas con forma de palabras, esos labios que palpitaban y bailaban sobre mi piel hasta hacerme desbocar

Esos labios que un día me dijeron adiós

Besos...en los labios claro