miércoles, 10 de diciembre de 2008

Y AL TERCER DÍA RESUCITÓ



Cuando ya sólo vegetaba y mientras las horas, los días, las semanas, los meses transcurrían, y mi alma vagaba errante, perdida, aniquilada por todo aquello que prometió ser y jamás se concretó, la vida caprichosa decidió jugar a redentora . Lenta y pesarosamente las energías comenzaban desaguar a mi pesar. ¡No quiero! pensé. Ilusa de mí. Como si alguna vez en este viaje existencial yo hubiera sido ama y señora de mi destino, de mi corazón, de los cimientos emocionales de mi existencia. Mis miembros comenzaban a articular pequeños movimientos. Donde sólo hubo silencio y quietud, comenzaba un latido febril y rítmico. Donde sólo hubo oscuridad y parquedad, comenzaba un reflejo rosáceo y vivo. Donde sólo hubo humedad y llanto, comenzaba una soleada sonrisa. Otra vez tú. Te odio, y eres mi eterno castigo. Tú siempre tú. En mi boca sin descanso. Y otra vez, esa sonrisa arrogante, alegre, intrépida, y completamente anárquica. Otra vez a sonreír y con ello otra vez a vivir. Estoy otra vez viva, otra vez resignada a volver a sufrir. Sólo se amar, y por lo tanto sufrir.

Soberbia personalidad que sólo vive para reír y amar.

Besos resucitados

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ja,ja,ja,ja, Risoterapia al poder. Sonreír y no parar.Ja,ja,ja,

Anónimo dijo...

Ademas, me encanta la foto...

Miamigoy.