sábado, 17 de mayo de 2008

El Regreso de Livia

Tras un periodo de intensa actividad física, social, laboral, he resuelto los dilemas emocionales que me atormentaban en el pasado. Los caóticos meses vividos que me llevaron a enroscarme como una gran dama, ha ido dejando paso a diversas situaciones. Los tiempos vividos fueron duros, pero ahora que una pequeña calma estacionada sobre mi cosmos me protege, me alegro en parte. Como la realidad supera la ficción de mi vida, hoy creo que queridos lectores os merecéis alguna pequeña confidencia.

Livia, como mujer, es propietaria de un mundo peculiar, singular y hasta diríamos que privilegiado. Las historias, las anédoctas, los comentarios, suelen ser fidedignos en la medida que la discreción y el estilo los combina. Así en muchas historias se armonizan el relato puramente autobiográfico con el elenco de amistades que me protegen. Quizás la columna de hoy sea de las más autobiografías, por lo tanto más fiable, verídica. Mi estilo de vida es lo suficiente singular para que muchos y muchas de mis lectores hayan llegado a pensar que era pura ficción. Es una realidad adulterada por un prisma femenino, irónico, sensitivo, cómico, mordaz, cool, personal e intransferible. Y sobre todo soy, lo que soy, gracias a todo ese mundo que me rodea.

Y este pequeño retiro espiritual, que me hubiese gustado en un Spa de Maldivas, pero una ha tenido que conformarse con mi Ciudad, me ha dejado ver dos grandes realidades. La vida puede ser muy dura y muy bella. La dureza de algunos episodios dramáticos, terribles, alcanzando mi pequeño corazón, han sido heridas que están en vía de cicatrización. Y gracias a ese proceso he descubierto lo bella que también puede ser. Y así, algunos de mis personajes ficticios han conseguido lo imaginable: que las heridas cicatrizaran en tiempo record y que no dejasen huella sobre mi piel. Mi darling querida, y su familia han conseguido, que en un domingo de lluvia vuelva a sonreír a pesar del rizado de mi melena. Mi boss ha estado colosal en la sombra, pendiente, observando y muy preocupado. Mis grandes amigas de los jueves, inalterables, sonriendo y hablando de sexo oral. Mi socio, protector, siempre con una palabra dulce. Mis compis Amanda y Betty , las mejores del mundo, imprescindibles , intransferibles como los tampax. Mi amigo invisible, al que jamás le digo lo mucho que le quiero, le envío cinco besos. Marcus, volviéndome loca o volviéndome cuerda, dependiendo la hora del día o de la noche, demostrando que la amistad es el verdadero amor entre un hombre y una mujer. Mi barba azul, inmenso por el tamaño de su corazón. Mi sister , grande, hermosa, única. Y hasta algunos de mis destinatarios de emails, que me han enviado muchos ánimos en mis tinieblas. Me olvido en este momento de alguno/a, pero era verdad que la Diosa Fortuna me regalo su don el día de mi nacimiento. Soy afortunada, soy rica, el que tiene un amigo tiene un millón, el que tiene dos amigos tiene un billón, el que tiene tres amigos es multimillonario, pero el que tiene tantos y tan buenos, tiene la fortuna de su lado. Y además alguien me lleva en su corazón de por vida, ¿Se puede pedir algo más?

Besos afortunados.

1 comentario:

winfried dijo...

Oye me alegro que todo va viento en Popa y que estas Feliz!!!

Bicos