sábado, 13 de diciembre de 2008

Santa y Mártir.


Hoy me he reconciliado con los hombres.
Y hoy, no es un día cualquiera. Mis hombres no siempre han sido humanos, pero tampoco dioses. Algunos de ellos moraban en las tinieblas, y hasta allí acudí en su busca. Otros habitaban entre sombras invadidos por la ceguera. A éstos guíe como lazarillos. Pero hoy, sí, hoy he descubierto que uno de mis hombres tiene memoria. Bendito él. Un hombre con memoria es la luz, es la confirmación de toda mi existencia. Quizás el regalo de hoy, ilumine otra vez mi golpeado corazón. Nada fue en vano, todo ha tenido sentido. Yo me acuerdo, tú te acuerdas, él se acuerda. El milagro se ha revelado, y la luz ha llegado. Patrona de ciegos, patrona de ebrios…..
Definitivamente me ponen los hombres con memoria.

Besos renacidos.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Y AL TERCER DÍA RESUCITÓ



Cuando ya sólo vegetaba y mientras las horas, los días, las semanas, los meses transcurrían, y mi alma vagaba errante, perdida, aniquilada por todo aquello que prometió ser y jamás se concretó, la vida caprichosa decidió jugar a redentora . Lenta y pesarosamente las energías comenzaban desaguar a mi pesar. ¡No quiero! pensé. Ilusa de mí. Como si alguna vez en este viaje existencial yo hubiera sido ama y señora de mi destino, de mi corazón, de los cimientos emocionales de mi existencia. Mis miembros comenzaban a articular pequeños movimientos. Donde sólo hubo silencio y quietud, comenzaba un latido febril y rítmico. Donde sólo hubo oscuridad y parquedad, comenzaba un reflejo rosáceo y vivo. Donde sólo hubo humedad y llanto, comenzaba una soleada sonrisa. Otra vez tú. Te odio, y eres mi eterno castigo. Tú siempre tú. En mi boca sin descanso. Y otra vez, esa sonrisa arrogante, alegre, intrépida, y completamente anárquica. Otra vez a sonreír y con ello otra vez a vivir. Estoy otra vez viva, otra vez resignada a volver a sufrir. Sólo se amar, y por lo tanto sufrir.

Soberbia personalidad que sólo vive para reír y amar.

Besos resucitados